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domingo, 7 de octubre de 2012

Pequeñas "historias" que conforman la gran Historia


Son muchas las entradas del blog "Todos los Rostros" que he dedicado íntegramente al exilio de los republicanos españoles que hubieron de huir para salvar su vida y su libertad tras el triunfo de las genocidas huestes franquistas, nazis y fascistas apoyadas por mercenarios moros. "La Retirada", los campos de concentración franceses, la persecución y asesinato de cerca de 7.000 españoles por los nazis en centroeuropa y los miles de transterrados en los barcos del exilio o en las tierras francesas, inglesas o argelinas de temporal acogida han sido objeto de mi atención como autor de este triste y ajado cuaderno de bitácora, cada día más asolado de lectores. Mis letras han hablado de Pablo Neruda, Delia del Carril, Luis I. Rodríguez Taboada, Gilberto Bosques, Natalio Botana, Lázaro Cárdenas, Susana Gamboa, Fernando Gamboa, Narciso Bassols, Antonio Haro Oliva, Rodolfo Haro Oliva y tantos y tantos hombres y mujeres just@s procedentes de Chile, Argentina, Uruguay, México, Venezuela, Uruguay, Estados Unidos y otros muchos países que sirvieron de refugio, en principio provisional pero que acabaron convirtiéndose en país de acogida y, en muchos casos, en camposanto definitivo de descanso eterno. Lo mejor y más granado del elenco intelectual y artístico español formado en su mayor parte por las miembros de la Institución Libre de Enseñanza, la Residencia de Estudiantes, el Centro de Estudios Históricos, el Instituto Escuela o el Museo Pedagógico Nacional enriquecieron la vida cultural de las nuevas patrias. La gran mayoría de la intelectualidad integrante de las vanguardias culturales españolas y de las generaciones del 14 y del 27 se vieron obligadas a desterrarse para no sufrir la misma suerte de Federico García Lorca o de otros 200.000 españoles de todo origen y formación salvajemente asesinados por sus captores.
 
Miles de personas agolpadas frente al puesto fronterizo francés de Le Perthus, pretendiendo huir de las tropas franquistas a principios de 1939

Literatos y rapsodas como Rafael Alberti, Antonio Machado, Emilio Prados, Ramón Gómez de la Serna, Salvador de Madariaga, Luis Cernuda, Juan Ramón Jiménez, León Felipe, Luis Cernuda, José Bergamín, Pedro Garfias, Pedro Salinas, María Zambrano, Juan Larrea, Francisco Giner, Manuel Azaña, Max Aub, Ramón J. Sender, Arturo Barea, Manuel Andújar, Manuel Altolaguirre, Paulino Massip o Juan Gil-Albert, biólogos como Severo Ochoa o Enrique Rioja Lo Bianco, físicos como Arturo Duperier Vallesa o Blas Cabrera, químicos como Enrique Moles, matemáticos como Enrique González Jiménez, Ricardo Vinós Santos o Lorenzo Alcaraz, astrónomos como Pedro Carrasco Garrorena o Marcelo Santaló, oceanógrafos como Odón de Buen, cineastas como Luis Buñuel, artistas como Gausachs, Óscar Domínguez o Pablo Ruiz Picasso, historiadores como Claudio Sánchez Albornoz, filólogos como Tomás Navarro Tomás, pedagogos como José Castillejo o Lorenzo Luzuriaga, filósofos como Juan David García Bacca, ensayistas como Anselmo Carretero, políticos como Santiago Carrillo, Dorores Ibárruri, Diego Martinez Barrios, Juan Negrín, José Giral, Lluis Companys, Francisco Largo Caballero o Josep Tarradellas y militares españoles más tarde generales del ejército soviético antinazi como Enrique Lister, Juan Modesto y Antonio Cordón, fueron sólo algunas de las quizás más conocidas figuras de la diáspora española.

Con el paso inexorable de los años y la tan implacable desmemoria, el masivo éxodo y la dispersión de cientos de miles de huidos por todo el planeta quizás pudo hacer creer a quienes nos contemplaban desde la distancia que desde 1936 todo una nación de cobardes se había sometido sin lucha a la bota de la milicia, mientras todo un ejército de ovejas miedosas y pusilánimes habían puesto pies en polvorosa buscando mejores pastos en los que ramonear.


Pero no fue así. L@s ciudadan@s libres y conscientes de su nueva libertad presentaron cruenta batalla contra los que pretendían arrebatársela. Con poco más que palos, piedras y viejas escopetas de caza, los jornaleros del campo y los obreros de las ciudades convertidos en milicias ¡¡hicieron frente durante tres años a un ejército profesional fuertemente armado de más de medio millón de hombres, reforzado por 50.000 nazis alemanes enviados por Hitler integrantes de la expedicionaria Legión Cóndor, 90.000 fascistas italianos de Mussolini y 150.000 mercenarios marroquíes!! Organizados más tarde en voluntarioso Ejército Popular, sólo la infatigable voluntad y el valor de los republicanos izquierdistas impidieron que los franquistas traspasaran el cerco de trincheras que rodeaba Madrid y que dejaba pequeños a los más afamados combates de muchos frentes de la primera gran Guerra Mundial. Poco a poco, los traidores sublevados fueron haciéndose a golpe de obús y fusil con ciudades y comarcas y sólo encontraron una forma de impedir que el amor a la Libertad provocara la inestabilidad en la retaguardia: fusilando a decenas de miles de resistentes. 1000 días de guerra asesina acabaron con las hostilidades, pero no con la voluntad ni con el espíritu de los vencidos, tanto de los 500.000 prisioneros del interior como de los 550.000 exiliados al exterior.

Y allí, tras "La Retirada" en el sur de Francia, en el norte de África, en Gibraltar, se dieron cita los huidos unos para regresar --al menos 300.000, de los cuales varias decenas de miles fueron asesinados a su regreso--, otros para organizar su éxodo a América y otros para mantener la resistencia contra el fascista español y contra el presentido nazi alemán del que ya se barruntaba su entraba en Francia.

Los huidos a América en los conocidos como "Barcos del Exilio" fueron excelsos poetas y literatos, modernos y dinámicos periodistas, eminentes científicos y técnicos, muy especializados obreros, altamente cualificados profesionales, editores, industriales, agricultores, ganaderos, pequeños y medianos comerciantes, empresarios de la madera, la minería, el mueble, la pesca y la conserva, profesores, etc., etc., y realizaron un valioso aporte y un enorme enriquecimiento --nunca bien evaluado, jamás correctamente ponderado-- en el desarrollo y la potenciación de la cultura, la ciencia, la industria, el agro, la empresa y el comercio local de los países de acogida. En Chile, por ejemplo, los conocidos José Balmes, Roser Bru, José Ricardo Morales, Leopoldo Castedo, el caricaturista Antonio Romera,  Leopoldo Castedo, el tipógrafo Mauricio Amster, los hermanos Juan, Manuel y Francisco Vallejo, el afamado dramaturgo Luis Fernández Turbica, etc., etc. Hoy, 70 años después muchos han sido olvidados.

Guerrilleros españoles de la 10ª Brigada de la Resistencia francesa, Pau, 1944

Los que se quedaron para combatir al fascismo y al nazismo dieron batalla durante más de veinte años. Hasta  35.000 de ellos engrosaron las filas de la Resistencia francesa, dándose el caso de que en determinadas regiones y agrupaciones del país vecino eran más numerosos los integrantes españoles de la resistencia antinazi que los propios franceses. Muchos, 7.000, dieron con sus huesos para siempre en los infames campos de exterminio de Mauthausen, Buchenwald, Dachau,.... Otros muchos se alistaron en masa en el ejército de liberación francés a las órdenes de De Gaulle y Leclerc dando ejemplo insuperable de valor y combatividad en el norte de África, en Normandía y en toda la campaña europea hasta el fin del nazismo. Buena prueba de ello lo constituyó una de las unidades de españoles enrolados entre los Aliados, la NUEVE compañía de la 2ª División Blindada de la Francia Libre de la División de Leclerc, formada inicialmente por 2.000 socialistas, anarquistas, miembros del POUM catalán, apolíticos hostiles a Franco y comunistas españoles. Sus blindados (el "Ebro", el "Guernica", el "Madrid", el "Brunete") llevaban la bandera republicana española pintada en su blindaje y fueron españoles los primeros soldados en hacer su entrada en París cuando aún estaba en poder de los nazis, combatiendo y terminando con la resistencia de los últimos alemanes y el soldado español Antonio Gutiérrez haciendo preso al general Dietrich von Choltitz, comandante nazi de París. Mientras esperaban la capitulación final, los españoles tomaron al asalto la Cámara de los Diputados, el Hôtel Majestic y la Plaza de la Concordia y al día siguiente, el 26 de agosto de 1944, las tropas españolas desfilaron frente a la Catedral de Notre Dame y escoltaron al general Charles de Gaulle por los Campos Elíseos llevando en sus estandartes los colores de la segunda República Española.

La dotación española del blindado "Guadalajara" junto con otros integrantes de la "Nueve" de Leclerc en París, 1944

Los soldados republicanos del blindado "Gernica" de la "Nueve" compañía española de Leclerc desfilan triunfalmente por los Campos Elíseos tras haber liberado París

Pero no fueron los únicos. Soldados españoles republicanos exiliados resistieron valerosamente en Bir-Hakeim (Libia), ocuparon Narvik (Noruega) o fueron quienes conquistaron y entraron a sangre y fuego en el famoso Nido del Águila de Hitler en la villa de Berchtesgaden (Alpes de Baviera, Alemania). Podríamos hablar y no parar de interminables batallas, medallas al valor, distinciones y actos de loco heroísmo, como el protagonizado por el soldado español Emilio Vilaró Ustrell al enarbolar desafiantemente y en pleno tiroteo la bandera tricolor republicana desde el balcón de la embajada española en Berlín mientras sus camaradas soviéticos tomaban el búnker de Hitler. O la suicida y quijotesca invasión por el Pirineo del Valle de Arán de 4.000 guerrilleros españoles dispuestos a reconquistar España tras haber expulsado a Hitler de Francia, destinada al fracaso al enfrentarse contra 50.000 bien pertrechados soldados regulares franquistas mandados por el general Moscardó (ver http://es.wikipedia.org/wiki/Invasi%C3%B3n_del_Valle_de_Ar%C3%A1n ). O la loca, numantina, demencial y casi romántica resistencia de varios miles de resistentes maquis antifranquistas durante 26 años, hasta la liquidación del último de ellos en 1965 (ver http://es.wikipedia.org/wiki/Maquis_%28guerrilla_antifranquista%29 )
 
Partisanos españoles republicanos antinazis integrados en el ejército soviético

Enrique Lister, Antonio Cordón y Juan Modesto, generales del ejército soviético antinazi durante la II Guerra Mundial
Los soldados republicanos de la Nueve fueron quienes conquistaron y acceder al Nido del Águila de Hitler en la villa de Berchtesgaden, en 1945. En la imagen,  a la derecha y sobre un muro peuede verse extendida la bandera tricolor republicana española 

Todavía en algunas poblaciones pueden verse pinturas murales en homenaje a los maquis españoles, Este es de la población de Sallent

Pero antes de terminar con este capítulo de hazañas, la pequeña historia de los microrrelatos individuales y la gran Historia de los sucesos memorables nos obliga a recordar que el exilio español, el éxodo hispano, la huida masiva de decenas de miles de españoles y españolas transterrados, en torno a casi 200.000, se compuso de cientos de miles de pequeñas vivencias, acaecidas a personas hoy anónimas, desconocidas para todos, perdidas en la inmensidad del eterno olvido, dispersadas por los vientos del Destino, diseminadas entre campos y ciudades de los cinco continentes, allá en los lugares en los que esos españoles y españolas de los que ya nada sabemos tuvieron que empezar desde la nada, para comenzar a reconstruir un universo particular y personal, que tenía como génesis un escenario de guerra, muerte, tortura, pérdida, pavor y miedo.

Uno de estos héroes anónimos protagonistas de mil pequeñas microhistorias fue Florencio Castelló Sánchez. Había nacido en Sevilla en el año 1905. Era un actor español, muy conocido en la farándula sevillana y madrileña pues en sus obras e intermedios interpretaba notables papeles de secundario, alternándolos en ocasiones con coplas y cantes andaluces para los que estaba apreciablemente bien dotado. Ya antes de la guerra podemos encontrarlo actuando durante muchos años en el Teatro del Duque de Sevilla. Podemos hallar en la prensa de la época diversas referencias a su presencia en los escenarios. Pero como tantos otros artistas que conocían el sentir de los sublevados contra la gente del arte, Florencio Castelló determinó salir de España en 1936 huyendo de lo que hoy se conoce como guerra civil, es decir, huyendo del mayor atentado criminal y terrorista de la historia de Europa. Ese mismo año llegó a Argentina junto con una compañía de teatro Lírico en la que interpretaba obras andaluzas y mientras duró la contienda realizó una gira por toda Latinoamérica hasta que el 5 de agosto de 1939 llegó a México, procedente de Guatemala, entrando en el país por Tuxtla Chico, en el estado de Chiapas. En el Registro Nacional de Extranjeros en México del Archivo General de la Nación --consultable desde el portal español PARES-- podemos encontrar su ficha personal:
http://pares.mcu.es/MovimientosMigratorios/detalle.form?nid=14502
Recorte de un "ABC" del 1 de enero de 1936, en el que aparece la figura de Florencio Castelló como actor y cantaor de mucho estilo



Ficha de Florencio Castelló Sánchez en el Registro Nacional de Extranjeros en México del Archivo General de la Nación

Una vez en México, Florencio Castelló comenzó a demostrar sus dotes artísticas, por lo que rápidamente fue invitado a participar en obras de teatro y sobre todo en largometrajes cinematográficos, actuando en lo que posteriormente se conoció como la "Edad de Oro del Cine Mexicano". Allí compartió cartel y protagonismo con grandes actores como Pedro Infante, Mario Moreno Cantinflas, la española Lola Flores, etc., etc. Llegó a participar en más de 100 películas, especializándose fundamentalmente en papeles de español con acento andaluz, aunque también interpretó todo tipo de papeles, como los que desempeñó en "El ángel exterminador" (1962), de Buñuel; "Ahí viene Martín Corona" (1951), de Miguel Zacarías, con Pedro Infante y Sara Montiel; "Ni sangre ni arena" (1941), de Alejandro Galindo, con Cantinflas; "Limosna de amores" (1955), de Miguel Morayta, con Lola Flores; o "Gitana tenías que ser" (1953), de Rafael Baledón, con Carmen Sevilla y Estrellita Castro. Y muchas otras películas del ciclo andaluz de México, como "La gitana y el charro" (1965), "Chachita la de Triana" (1947), "Los siete niños de Ecija" (1947), "La morena de mi copla" (1946) o "El verdugo de Sevilla" (1942). Años más tarde, y con el desarrollo del boom televisivo, también fue muy conocido en su papel de Rudecindo Caldeiro y Escoviña, por sus apariciones en la versión televisiva de "Tres Patines".


Florencio Castelló Sánchez, actor español exiliado en México
 
Pero, ¿por qué el actor Florencio Castelló Sánchez forma parte hoy de la microhistoria de "Todos Los Rostros"? Porque este miembro involuntario de la diáspora española de postguerra fue quizás el andaluz más conocido durante 20 años en los hogares españoles y en muchos de los hispanoamericanos. Sin ver su cara, sin apreciar sus expresiones, sin reconocer sus facciones, el soniquete, el timbre, el acento, los dichos y los refranes de Florencio se metieron en nuestras casas para no salir nunca más de ellas. Porque Florencio Castelló Sánchez, actor español exiliado en México, era el doblador del gato Jinks, el "malévolo" minimo andaluz, permanentemente malhumorado --como quizás correspondía a la imagen de un español desterrado-- y eterno perseguidor de dos ratoncitos, Pixie y Dixie, uno cubano y el otro mexicano, que sabían esquivar las malas artes del "joío gato andalú" durante los siete minutos que venían a durar los capítulos de los dibujos animados o cartones o historietas de Hanna-Barbera. Pero como el mismo Florencio nos recordaba, muchos aprendimos el más puro, digno, bello y gracioso andaluz occidental gracias a frases como "odio a muerte a ehto mardito roedore", “ay mare mia de mi arma”, “oigan roeore: cuando oh agarre oh voy a dar una sarta e’ palo’”...

En México, en España, en Centroamérica y posiblemente en Chile (parece ser que en Argentina no fue Florencio Castelló el doblador del gato Jinks) la miniserie de "Pixie y Dixie" tuvo un éxito arrollador, al que contribuyó más que decisivamente el "mu rezalao gato andalú". Y tanto fue su predicamento, que Florencio Castelló también prestó su voz para las versiones mexicanas, centroamericanas y españolas del doblaje de "Dumbo", en el que aportaba la voz del andaluz Cuervo Jim; el sevillano Buitre Despeinao de "El Libro de la selva"; o el torpe sabueso Napoleón de "Los Aristogatos". En la página http://www.doblajedisney.com/f_actores.php?buscar=Florencio+Castell%C3%B3&idioma=mx podemos encontrar una muestra de la genial voz, es decir, de la participación del español exiliado Florencio Castelló Sánchez en la pequeña microhistoria del conflicto civil más sangriento de todo el siglo XX. Sólo tenemos que pulsar en los iconos de altavoz para volver a oír el timbre y los acentos de Florencio Castelló y aquellos que como él dieron forma o fueron víctimas de la imparable ola del destino.

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El gato andalú Jinks, sempiternamente interpretado por la voz magistral de Florencio Castelló




Florencio Castelló
Florencio Castelló en la producción mexicana "El albañil" (José Estrada, 1974)

Florencio Castelló Sánchez murió el 23 de agosto de 1986 en México distrito federal. Su voz y su figura aún está a la espera de recibir homenaje en su Sevilla natal, si bien el hecho de que permaneciera en México hasta el último de sus días una vez ya fallecido el dictador asesino Franco me hace pensar que pudiera sentir y haber sentido por México lo mismo que sintió José Balmes, el intelectual español afincado en Chile, que se expresaba de esta guisa hablando de nueva patria y de su amigo Neruda: “Nunca jamás, ni siquiera al final de mi vida voy a hacer lo suficiente por agradecer el hecho de estar en este país y de ser ciudadano chileno, gracias justamente a Pablo Neruda. Como alguien dijo alguna vez ‘las deudas de amor no se terminan de pagar nunca’ y esta es una gran deuda que yo tengo con él todavía”.
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A Miryam, por su inagotable paciencia, tantas veces puesta a prueba. A Patricia del Villar, antigua española de tercera generación amiga hoy de valles frondosos y cerros resecos de Chile: que esta lectura sobre los hechos de tus mayores te ayude a mantener tu vigilia y a permanecer insomne frente a tanta injusticia y tanto olvido. Y a Lorena González Rodríguez, íntegra mujer chilena, numantina ella.